Para colocar una lente intraocular fáquica es necesario efectuar un corte o incisión en la córnea cuyo tamaño dependerá del tipo de lente a implantar. Se introducen en el ojo sustancias viscoelásticas para ampliar los espacios internos el ojo y proteger a las células de la cara posterior de la córnea (células endoteliales) y al cristalino. Frecuentemente se efectúa un pequeño orificio en el iris (iridectomía) para que el humor acuoso tenga una vía alternativa para circular desde la cámara posterior hacia la cámara anterior del ojo. Esto reduce las posibilidades de un aumento de la presión ocular. Hay modelos de lentes que tienen un orificio con esta finalidad y no es necesario realizar iridectomía. De acuerdo con las circunstancias de cada cirugía, el cirujano colocará o no puntos de sutura. También, en ciertos casos, puede necesitar cambiar su plan durante la cirugía.

El beneficio que se espera conseguir es compensar la alteración óptica que presenta el ojo operado en el mayor porcentaje posible. Esto permite tener en muchos casos (pero no en todos) una visión aceptable sin necesidad de usar anteojos o lentes de contacto. Dependerá del tipo de lente que se implanta si este objetivo es sólo para la visión lejana (lentes monofocales) o también para visión cercana (lentes multifocales). Hay casos en que, a pesar de haber sido una cirugía perfectamente realizada, el paciente necesita usar anteojos para lograr una visión que lo satisfaga. Es imposible preveer con absoluta exactitud el resultado visual final. Puede no obtener una completa corrección con el procedimiento de implante de lente intraocular y puede requerir procedimientos complementarios, tales como el tratamiento con láser o el uso de anteojos o lentes de contacto. No es real esperar que este procedimiento resulte en una visión perfecta, en todos los tiempos, en toda circunstancia, en todos los casos y por el resto de su vida. Puede necesitar lentes para perfeccionar la calidad de la visión en algunas circunstancias. Esto puede ocurrir inmediatamente después de la cirugía o años después del procedimiento. Deberá cumplir estrictamente las indicaciones y cuidados postoperatorios que le indique su médico así como realizarse los estudios que él le prescriba, en casos en los que exista hipertensión ocular, glaucoma o descompensación corneal asociado al lente se deberá realizar una cirugía para extirpar la lente intraocular.

No existe ninguna cirugía sin riesgos. En ciertos casos se producen complicaciones que pueden ser leves, moderadas o graves. Pueden ocurrir en cirugías perfectamente realizadas por los cirujanos más expertos. La consecuencia más grave es la pérdida definitiva de la visión del ojo operado con o sin la pérdida del ojo. Esto es excepcional pero no es imposible. Todo paciente que se va a operar con una cirugía de implante intraocular debe saber que esta remota posibilidad existe (estimativamente 1 cada 15.000 casos operados). Si eventualmente se decidiera una cirugía de ambos ojos en el mismo acto quirúrgico usted debe saber que este riesgo de pérdida definitiva de la visión puede ocurrir en ambos ojos, es decir que la CEGUERA sería TOTAL y DEFINITIVA. La gran mayoría de las complicaciones pueden resolverse durante la cirugía o con nuevas cirugías y/o medicación. Las complicaciones más graves y/o las más frecuentes son:

  • Infección dentro del ojo (endoftalmitis infecciosa): ocurren 7 casos cada 10.000 cirugías. En prácticamente todos los casos el germen que la causa está en los tejidos vecinos al ojo del propio paciente. Es sumamente grave y puede terminar con la pérdida definitiva de la visión e incluso del ojo. Es fundamental el diagnóstico precoz. Aun con las más estrictas medidas de seguridad (asepsia y antisepsia) puede ocurrir una infección ocular. Es una complicación imposible de prevenir totalmente.
  • Pérdida de la transparencia de la córnea: La córnea es el tejido transparente de la parte anterior del ojo. Pierde transparencia porque se llena de líquido (edema). Ocurre en cuatro de cada 1000 cirugías no complicadas. Los casos más graves obligan a una cirugía de trasplante de córnea.
  • Alteración de la forma de la pupila y/o atrofia del iris: En los estudios científicos se han comunicado hasta un 40% de casos. Depende del tipo de lente implantada y son más frecuentes en las lentes de cámara anterior y en las fijadas al iris.

Hecho con por MANU